¿Y si mis mentales cartas no llegaron?¿ y si se fundieron en un mar que en este plano no existe?. El temor se apodera del sueño de solo pensar que se perdieron en el camino, o que sencillamente el orgullo que dejan ver tus ojos a tan brillantes reflectores las coleccionaron sin antes comprenderlas.
La presión ejercida por la ansiedad a los alargados dedos ansiosos se sentía burlada, mientras la luz insufrible se mantenía en pie, solo porque su falta de brazos le impedía la muerte por horas que por derecho le correspondía. El café estaba asqueroso , aún así, paso tal cantidad por mi gruesa gazna que sentí un breve alivio... de repente producía nauseas. Erguí presurosamente la parte del cuerpo que más pesa , me dispuse a devolver lo que irrealmente era saboreado y de repente las letras que hacían parte de las cartas coleccionadas, vinieron a mi tristemente avivando el dolor elevado a la décima parte inicial. Sentía un movimiento ondulatorio que producía vértigo, hice el ademán para erguirme totalmente y... falle.
Estrepitosamente el lecho se adueño del cuerpo cuán plomo de las paredes celulares de un pez, sentí la necesidad de abrazarme y de dar calor al cuerpo reducido a huellas. Las letras no se iban, me reclamaban como si las culpas cargasen mi nombre. Los signos señalaban a la mirada que quería esquivar sus expresiones de odio. ¡ no más! -dijo la voz saltante que no conocía- ¡basta! -decía- mientras otra voz que provenía de las mismas cuerdas se consolaba a sí misma, como quien sabe que remedio no hay.
El tiempo sigue pasando a su antojo, a conveniencia, mientras que los silenciosos sonidos de la madrugada, se aparecen como una plaga asfixiante. El sonido es agudamente fastidioso y las letras de cartas mentalmente escritas me persiguen cuán parca a su próxima victima.
Siguen ahí. No se han ido...
!Joder! letrilla encorvada y temblorosa, apiádate y no te burles más, has el recorrido que te fue asignado y piérdete en un recuerdo que jamás sea nombrado. Embriágate y cúbrete con la manta del olvido, esfúmate y escóndete en el rincón que ni las tempestades están dispuestas a limpiar, aviva en el sentir mismo de la lejanía cercana a lo no infinito.
¿Recuerdas el barco?, sus velas entristecieron con el partir de las mariposas y las botellas que en su interior guardaban sueños, se dispersaron en el mar furioso e impreciso. No hay nada que hacer. Deja que vaguen por las rutas nunca construidas y que se ahoguen en coléricas olas; deja que se adentren en el letargo propio después de la tormenta. No interrumpas el curso accidental que ahora han tomado, deja que se ahoguen mientras así lo permita el tiempo y que resurjan cuando al ciclón se le pegue la gana.
No tires las hojas en blanco que abandonaron las letras, nos permitiremos reusarlas con otras nuevas. Deja ahogar esas caligrafías temblorosas, déjalas que se vayan, déjame el papel agradecido, contaremos nuevas historias mientras esperamos el resurgir de los tiempos.
25-04-14
soy quien habla, quien letras carga. Despierto tu sentido de libertad y ahondo entre el silencio que te gobierna. Es tiempo de leerte, de que me leas.
martes, 22 de julio de 2014
NO ES NORMAL ESTE SUEÑO
Cae la noche y con ella se encienden las apasionadas y brillantes miradas, el coqueteo se hace visible y la Luna no es ajena. Van y vienen suspiros en mareas de Luna y el interlocutor se pregunta el por qué de una situación que ya conoce.
Creen en las letras sus besos; los gélidos vientos comparten sollozos y las caricias se dejaron ver en la noche. Piel con piel fueron uno y canciones se escribieron al compás del tacto. Recorriendo el camino de los suaves aromas, se encontraron la bruma de los miedos dispersos. Transcurría el tiempo presuroso e implacable y la luz mostró el camino ¿dónde esta ?- se ha ido, se ha ido.
Un leve aroma conquista la noche, pero su presencia esta muerta, los caminos son reducidos y los espacios son un destello insufrible. No aconseje el vacío la noche y la bruma se dispersa.
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