Los días crispados, las noches melancólicas. Tristeza recorriendo el cuerpo de miles, y miles recorriendo la tristeza. Le atribuimos a la luna el comportamiento del comportamiento de la locura. Es la paradoja que en las noches atropella la conversación.
Cantemos al ritmo de letras que hablan de la vida, bailemos al son del misterio y aplaudamos al arlequín. ¡Idiotas!¿qué no entienden el arte?. Petrificadas las risas justas y cercenado el llanto. Tardes eternas. tic tac, tic tac. Es abrumador.
Deseo que sea noche y que el sueño no me alcance, que las almas divaguen, que hablen. No hay nadie, se han ido al umbral de la noche,o ¿es día?. Cómo pretendo ridiculizar el tiempo cuando se mofa de mi el irritante sonido del segundero.
vamos despacio. a ver... la lámpara soy yo, yo soy la lámpara. Prende y apaga en un coqueteo que a su favor pone la noche... madrugada aclama. Dormido el juego.
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