jueves, 27 de marzo de 2014

DE ALGIA Y SILENCIO



Es real. Demasiado real y longevo, me perturba el hecho de su presencia. Si, el silencio que se adentra no solo en mi sentido auditivo, sino, también, ese silencio  que invade el ser tratando de manipular como marionetas la cordura.

Reconocería un tipo de locura  si lo tuviese ¿lo tiene?. Es frecuente este fenómeno: empieza un leve dolor que va en aumento a medida que corre el señor del tiempo dejando sus famosos rastros; luego se apodera de mi un ruido insoportable  que agudiza mas el algia causada por la punzante maquina que taladra la testa. Son horas interminables de un dolor que va ligeramente en aumento, que no retrocede… a medida en que se esfuma la claridad del día para abrirle el telón a la noche que agudiza el silencio ensordecedor; un silencio que expele átomos de miedo, de desasosiego y perspectivas desoladoras. las órbitas dilatadas de los ojos escrutan las paredes , cada objeto… todo es silencio lúgubre y deprimente. Deberían tener sonido los albores de la noche, debería haber un pequeño índice de ruido. ¿Por qué, pacho Matías?-¿por qué ese maldito gato no se manifiesta? -¿por qué hoy no?-siempre se escuchaba el ruido que provocaban sus torpes y asustados movimientos. Todo ha conspirado para que el silencio ahonde en su totalidad en los sentidos confusos, no entiendo,-como me sumerjo en el Alehp, si ni el sueño me alcanza. El cuerpo esta cansado, si, pero no se sierran mis ojos, ¿como rayos los obligo? ¿Cómo se ahoga un silencio cuando ahogado esta?¿como se irrumpe en el?. Siento el sonido del silencio, mudo. ¡Rayos! Qué es esto, no lo entiendo. Si. Debo calmarme, eso es, no darle importancia, ni pase.




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