jueves, 17 de abril de 2014

LAS CALLES... UNA BOGOTÁ QUE GUARDA HISTORIA, QUE HACE HISTORIA


Desvaneciendo los pasos, pasando por las calles de una Bogotá que aun deja ver los vestigios de los años 40`s. De repente un rostro cansado refleja en sus ojos un siglo, uno al que no pertenece, uno que no es de ahora. Las guerras que han formado un país, las revueltas y acontecimientos históricos que poco a poco olvidamos tendiendo a repetirlos. Calles. Estas, esas que aún llevan enmarcadas el Bogotazo y las pisadas que levantan el polvo que la lluvia no ha logrado remover.

Un olor inconfundible a historia, a libros antiguos, esos de segunda mano que ademas de letras de autores traen la historia de sus antiguos lectores; esos libros que tienen un olor particularmente atractivo.

Páginas escritas por el aire que jamás deja los olores de la búsqueda de una libertad manifestada en revueltas.

 Miradas melancólicas que se sumergen en la lectura del diario, mientas saborean su tierra bebiendo a sorbos un café humeante, fumando un cigarro. Luego viene una historia contada de una manera expresivamente natural, historia que enmarca la época de vestidos clásicos, sombreros de la época; cañones que anunciaban toques de queda inminentes y reclutamientos dolorosos. 

El "arte" de embetunar que se pierde entre tragos que nublan la vista... le queda lustrar sus propios zapatos, caminar por las estrechas calles, echarle un vistazo a los cerros que constantemente vigilan la sabana.

Se aproxima un silencio, el de una ciudad que por una semana estará medianamente descongestionada, el de una ciudad que tratara de dar un profundo respiro para exhalarlo a "poquitos".

Luego queda seguir llevando a cuestas alegremente el precio de la historia y amargamente la rutina que al hombre le fue asignada.

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